CASCACARAS, LÍMITES, MEMBRANAS. EL LÍMITE DE LA ARQUITECTURA. EL LÍMITE DE LA CIUDAD.

“El ejemplo más sencillo de estructura disipativa que se puede poner, es la ciudad. Una ciudad es distinta al campo que le rodea. La raíz de esta individuación son las relaciones que establece con el campo colindante. Si se suprimieran estas relaciones la ciudad desaparecería”.


                                                                                                                Ylya Prigogine.



ESTRUCTURA DISIPATIVA.
Una estructura de no equilibrio solo existe mientras el sistema disipa energía y permanece en interacción con el mundo exterior. Se trata pues de un sistema inestable donde pequeñas variaciones iniciales acaban produciendo grandes cambios en la estructura de todo el sistema.
Cada una de las partículas integrantes del sistema está conectada, no solo con las partes que le rodean, sino con las partes más lejanas del sistema.

SISTEMAS-CASCARAS.
La cascaras son los limites de un sistema que lo aíslan completamente del exterior. Un sistema que no tenga un intercambio energético lo podemos considerar como un sistema tipo cascara. Todo sistema tipo cascara acaba siendo  un sistema estable, sin aportes ni perdidas de energía, el sistema, es un sistema muerto. Los sistemas cascaras son castillos inexpugnables. Por ejemplo un péndulo sin aportes energéticos es una cascara inmutable y eterna. La forma del sistema es estable y determinada. Los fenómenos inestables no pueden darse en el interior de una cascara.

SISTEMAS-MEMBRANAS.
Un sistema-membrana es aquel que intercambia energía con el exterior. El sistema es por tanto inestable. Un sistema encerrado en una membrana permeable  genera una estructura disipativa de manera que la forma de la membrana es aquella que se adecúa a esta estructura.


LA ARQUITECTURA: UN SISTEMA-CASCARA
Por más que los arquitectos consigan que las fachadas de sus edificios intercambien energía con el exterior. La realidad es que no hemos conseguido que la forma de un edificio este determinada por la estructura disipativa de un sistema inestable. La forma del edificio diseñada por los arquitectos, tiene más que ver con otros factores. La arquitectura es pues en este sentido más parecido a un sistema  cascara  que ha un sistema membrana. Es un sistema estable que permite albergar la vida humana pero ella misma es una forma muerta. En este sentido la arquitectura se parece a la cascara que utiliza el cangrejo ermitaño. La  vida la aporta el cangrejo, pero la cascara debe estar muerta, no está en equilibrio con la vida que alberga dentro, ya que la forma de la concha que alberga al cangrejo se diseñó con otros fines. La forma de la arquitectura y sus límites tiene que ver con la estructura de la propiedad, con el contexto, con el dinero, con los intereses personales y culturales etc... Todo ello da como resultado una cascara un sistema muerto, pero también  un lugar estable donde poder vivir y trabajar con la estabilidad suficiente.

LA CIUDAD: UN SISTEMA MEMBRANA.
Contrariamente a la forma de la arquitectura, la forma de la ciudad es para mí, como afirma Ylya Prigonine, una estructura disipativa. Es una estructura encerrada en un sistema-membrana. Un sistema inestable una estructura de no equilibrio y por tanto que necesita de constantes intercambios energéticos para mantener su forma. Todo el sistema está relacionado y cada parte del mismo se ve afectado por la forma y por los intercambios que ocurren en lugares lejanos. Efectivamente nadie es capaz de determinar la forma de una ciudad entre otras cosas porque la escala temporal que genera una ciudad es siempre mayor que la vida de una sola persona. Se requieren generaciones y por tanto los intercambios energéticos del sistema a través de su membrana varían con el paso de las generaciones. La complejidad es tan grande que solo un sistema caótico puede imponer las leyes que rigen su forma. No obstante el hecho de un tiempo irreversible lleva consigo que el sistema caótico genere fenómenos de orden. La labor del arquitecto es comprender estos procesos.


Dibujo del autor
  
EPILOGO:   
OTRAS MEMBRANAS: EL LÍMITE DE LOS NUMEROS REALES
¿Cuál es el último de los números reales?
No existe. Siempre hay un número mayor.
Así que visto desde fuera, todos los números reales están encerrados en una membrana limitada por el infinito, un horizonte; el límite para los números reales.
¿Tiene esta membrana una estructura de cascara o de membrana? ¿Qué propiedades lógicas puede tener esta membrana que encierra a todos los números? ¿Es posible que la solución a problemas matemáticos se pueda obtener a través del estudio de las propiedades lógicas de la membrana del infinito?





      En Elche, 18 de diciembre de 2010.

Fdo.: Alfredo Llorenç Herrero.
Arquitecto.

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